Pygmalion

El mito 

La tradición más antigua se remonta a la descripción del antiguo poeta Ovidio en la mitología griega. En su obra "Metamorfosis" describe la historia del artista Pigmalión de Chipre.Pigmalión estaba tan decepcionado con las mujeres que las abandonó. Después de ver a los propétidos prostituyéndose, decidió que "ya no estaba interesado en las mujeres". Sólo vivió para su arte, en su caso la escultura. Pero no podía renunciar por completo a las mujeres, porque sin pensarlo en particular, creó una estatua de marfil que parecía una mujer viva. Impresionado por su trabajo, comenzó a tratar la estatua cada vez más como si fuera una persona real. 

En la fiesta de Venus (Afrodita para los griegos), la diosa del amor, pidió que su futura esposa fuera igual que su amada estatua. Cuando regresó a casa y acarició su estatua como de costumbre, ésta poco a poco volvió a la vida. Los labios se calentaron tras el beso y la estatua perdió su rigidez. Afrodita le había concedido a Pigmalión su deseo. 

La unión entre Pigmalión y su estatua produjo una hija llamada Pafos. La estatua en sí recibió el nombre de Galatea en el siglo XVIII.

El efecto

El llamado efecto Pigmalión también se remonta a la figura mitológica de Pigmalión. Se trata de un fenómeno psicológico en el que una evaluación y valoración anticipada de las personas afecta y, por tanto, confirma su desempeño. La llamada profecía autocumplida.

El efecto Pigmalión (también llamado efecto Rosenthal en la versión original) se basa en un experimento de Robert Rosenthal y Lenore F. Jacobson. Mostraron cómo cuando un profesor sugirió que algunos de sus alumnos eran especialmente dotados, inconscientemente los animó y, en última instancia, aumentó su rendimiento, independientemente de si eran realmente dotados o no.

Cuando esperamos ciertos comportamientos de otras personas, es probable que nosotros mismos actuemos de manera que sea más probable que el comportamiento esperado ocurra en la otra persona.A través de nuestras expectativas influimos en la autoimagen y las acciones de la otra persona, lo que confirma a su vez nuestras expectativas.